según Santa Hildegarda de Binguen
“El sardónice es caliente y crece cada día desde que ha pasado el mediodía hasta cuando apenas ha rebasado las tres de la tarde, y entonces se calienta por el sol puro que luce en toda su pureza, porque entonces el aire empieza a enfriarse, y el sardónice es más del fuego que del aire o del agua.
Tiene vigorosas energías en su naturaleza, da fuerza a cada uno de los cinco sentidos.
Cuando el hombre lo pone pegado a su piel desnuda o lo ponga en la boca con frecuencia de manera que su aliento lo toque, …fortalece con ello su inteligencia, el conocimiento y todos los sentido corporales.
De igual modo a este hombre desaparece la ira, la estupidez y el desorden.
Hasta el diablo, a causa de esta limpieza, huye lleno de odio.
Si alguien sufre fiebre aguda, y después de haberla sudado se encuentre mejor, ponga enseguida sardónice en un anillo en su dedo y no recaerá en ella.”
Hoy esta piedra es bastante fácil de encontrar. Es una calcedonia, es a decir, un cuarzo micro-cristalino con bandas paralelas de colores lechoso, marrón rojizo, anaranjado y negro. Nunca es transparente. Se encuentran en Alemania, Brasil, Australia, China, India y Namibia.
Cuidado con las falsificaciones.
Esta piedra añade alguna virtud (refuerza, afina, agudiza o amplía) a los cinco sentidos. Puede restaurar el olfato, otorgar agudeza visual. Refuerza el dominio de la voluntad mejorando el comportamiento, fortalece el carácter, incrementa el vigor y el auto control, alivia la depresión y nos hace superar el titubeo.
Es bueno posicionarlo sobre el estómago.
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