He reflexionado mucho antes de escribir este artículo porque abrir mi mente y mi alma a más de 30.000 desconocidos es siempre una incógnita.
Es imposible poner a todos de acuerdos. Recibo muchos mensajes y tengo que confesar que algunos los elimino y bloqueo a sus autores, no necesitamos a los ahora llamados Haters en este grupo. La gente que reacciona insultando o maldiciendo no tienen cabida entre nosotros. La base de nuestra relación, desde el principio, es el mutuo respeto. Estoy encantada de tener un diálogo constructivo e intercambiar opiniones, por cuanto contrastantes estas puedan ser, pues sirven para que crezcamos y aprendamos algo nuevo. En esta página son bien recibidos todos los dogmas y creencias religiosas siempre cuando sean bajo el amparo de Dios, llamarle como queráis, ¡Siempre Dios es!
Que se llame Dios, Allah, Jehová, Buda, (aquí habría que hacer un discurso aparte), Krishna, Odin, Bog, Olorum o Manitú, es siempre la misma divina energía creadora (si he no he mencionado a alguien, perdonadme). Los que sí NO están aceptados y bloqueados inmediatamente son los seguidores y practicante de todos seres inferiores y demoníacos.
Bueno, tras estos prefacios, voy a hablaros del tema que llevo pensando desde hace tiempo.

Padre François Brune

La comunicación con el más allá y, consecuentemente, con los Seres de Luz, que son nuestros predecesores o almas que nunca hemos conocido.
Hace tiempo leí un libro del Padre François Brune, un eminente teólogo que estudió la mayoría de las lenguas antiguas como el latín, griego, hebreo, egipcio o asirio babilónico, con el título “Los muertos nos hablan”. En este libro Padre Brune relataba muchas experiencias de personas que habían comunicado con familiares fallecidos o los mismos muertos contaban sus experiencias en el momento del pasaje.

Me chocó mucho el hecho que este escritor fue un sacerdote católico que decidió convertirse a la fe ortodoxa por los continuos conflictos con la iglesia católica que, cito sus palabras, “Se sabe que la Iglesia tiene la mayor desconfianza ante este tipo de fenómenos; es cierto que enseña la eternidad, pero no acepta que se la pueda vivir y que se pueda entrar en comunicación con ella”.(Los muertos nos hablan 1993)
Pero antes había leído todos los libros, que recomiendo enérgicamente, del Cerchio Firenze 77 (Círculo Florencia 77) donde el médium Roberto Setti comunicaba en estado de trance con almas de gran envergadura espiritual y de gran conocimiento. Son libros complejos, no es fácil para nosotros, los humanos, entender el diseño divino, pero con paciencia y perseverancia, todos podemos llegar a entender el 0,000001% del pensamiento divino. Desde entonces he leído decenas y decenas de libros sobre este tema, teniendo siempre entre mis favoritos los de Demofilo Fidani,

Demofilo Fidani

de quien conservo religiosamente las cartas y la pintura que me hizo llegar estando él ya incapacitado para pintar (firmada y datada 1989).

Pintura firmada por D. Fidani (1989)


Os estaréis preguntando ¿Porqué tanto interés hacia éste tema?
La respuesta es sencilla.
Porque desde el 1967, es decir, desde que tenía 11 años, tengo contactos espontáneos con almas que ya no están en esta dimensión.
¿Qué quiero decir con espontáneos? Que yo no llamo a nadie en concreto, el más allá no es una centralita telefónica. No voy a llamar Marilyn Monroe para preguntarle como murió J.F. Kennedy para preguntarle si fue la CIA a matarle porque seguro que ninguno de los dos se presentarían y en su lugar vendrían los que se definen “Espíritus burlones o monos” dando informaciones equivocadas y poniendo en peligro nuestro cuerpo.(Posesión)
Cuando comunicamos con Seres de Luz hay que pensar que para ellos las curiosidades humanas son un sinsentido, y tenemos que recordar que para estas almas “bajar” a nuestra dimensión, es un sacrificio y necesitan mucha energía. Más terrenales y materiales son nuestras preguntas o la razón para intentar comunicar con ellos, más de bajo nivel astral serán las almas que se acerquen. La cosa mejor es no preguntar.
Recordad que estas almas ya no tienen cuerpo y no lo necesitan, comunican con transmisión de pensamiento, así que no hace falta hacer preguntas, ellas saben perfectamente porqué nos acercamos, con qué conciencia, con qué estado de ánimo y, sobre todo, con qué intención.


Preguntar por el número de la lotería o donde ha escondido el dinero la persona fallecida, podría acarear serios problemas al cuerpo del que pregunta.
Quiero ahora citaros unas breves frases que han llegado desde comunicaciones con Espíritus Elevados, o Maestros (recordad que hay 10 órdenes de Espíritus o jerarquías)
“Las relaciones de los espíritus con los hombres son constantes. Los espíritus buenos nos incitan al bien, nos fortalecen en las pruebas de la vida y nos ayudan a sobrellevarlas con valor. Los espíritus malos nos incitan al mal, y les es placentero vernos sucumbir y equipararnos a ellos”
“Es sumamente fácil distinguir los buenos de los malos por su forma de expresarse. Los Espíritus superiores usan un lenguaje digno, noble, inspirado a la más pura moralidad y sus consejos respiran la más profunda sabiduría, teniendo siempre por objeto nuestro perfeccionamiento y el bien de la humanidad. Los malos espíritus son groseros, blasfemos, dicen cosas falsas, abusan de la credulidad de quien los evoca, se divierten a tomar el pelo a quienes los consultan, alimentando sus deseos con mentiras y falsas esperanzas.”

Hay personas que pueden comunicar a través de aparado grabadores (psicofonías), otras entrando en trance. Para mí es más fácil hacer psicoescritura, pero solo cuando noto la llamada. Un fuerte hormigueo en la mano derecha que llega puede variar de intensidad y una presión en el hombro y brazo derecho, como si alguien se apoyara en mi hombro. Noto un gran calor en la mano derecha, muy agradable y pierdo la noción del tiempo. Algunas veces, sin quererlo, he dejado a mi mente pensante coger la rienda de la escritura, y en seguida he tenido que borrar todo y amablemente se me ha pedido de dejar libre mi mente para poder dejar fluir la comunicación. Pero siempre soy consciente de lo que estoy escribiendo y si noto algo que no me gusta o cambia la forma de expresarse, pongo unas preguntas-trampas para evaluar el nivel espiritual del espíritu que ha entrado y si veo que sus intenciones no son puras, inmediatamente bloqueo, con el máximo respecto y sin alterar mi estado de ánimo, pidiendo ayuda a mis guías y Maestros. En 54 años habré tenido no más de 3 o 4 encuentros molestos y siempre se han cerrado sin problemas.
Cuando tenía 15 años me aconsejaron leer los libros de Allan Kardec,

Hippolyte Léon Denizard Rivail alias Allan Kardec

considerado el padre de las comunicaciones con el más allá y podéis imaginar mi sorpresa cuando en Netflix, hace un par de semana he encontrado «casualmente» una película que cuenta su historia y que os aconsejo: Kardec, este es el título.
El libro de los Espíritus ha sido una de mis lecturas juveniles y lo considero un manual imprescindible para entender la “vida después de esta vida”.

Me gustaría escribir más sobre este tema citando las palabras de algunos Seres de Luz que aclaran muchas dudas sobre temas existenciales.

Los mensajes de los maestros desencarnados lo podéis encontrar en: El libro de los espíritus de Allan Kardec

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