Esmeralda y Ritual de las revelaciones.
Ahora voy a compartir con vosotros mi visión de esta magnífica piedra, fruto de los estudios hecho por mí misma y de las enseñanzas del Anciano.
Hablamos ahora de la piedra más misteriosa y sagrada del reino mineral. Muy femenina, la esmeralda posee a las personas y no al contrario.
Es una piedra que nos permite conocer el bien y el mal, pero que puede ser muy peligrosa si se utiliza con fines egoístas. Es llamada la “serpiente de fuego”, (Isis tenía una serpiente de esmeraldas en su cabeza). Es una piedra que no sabemos a dónde nos va a llevar, siempre nos sorprende.
Fue la piedra que coronaba Lucifer, el ángel más luminoso del cielo, pero le alimentó tanto el ego que quiso ponerse al mismo nivel de Dios y precipitó en el abismo. Pero antes perdió la piedra, la más maravillosa gema de todos los tiempos, que guardaba los secretos de la divinidad. Fue encontrada para unos pocos hombres que se convirtieron en Maestros, pero ellos también se volvieron codiciosos y la tierra fue devastada por tremendos cataclismos que dispersaron la gema. Los poco Sabios que quedaban se pusieron a buscarla y aquí hay dos leyendas: Algunos dicen que todavía está escondida esperando a que el más Sabio de los Sabios la encuentre y pueda salvar la humanidad, mientras que otros dicen que fue encontrada por Hermes Trismegisto, que utilizó la gema para crear la Tabla de Esmeralda, que encierra veladamente los secretos del Universo. Fue gracias a esta tabla que la Tradición continúa, (de aquí viene el mito de Prometeo).
Como se puede notar cada vez que alguien la utiliza para creerse más grande que Dios, precipita en el mal. (Imelda Marcos, Elena Ceausescu, entre muchos otros)
En el banco Melli en Teherán se encuentran las antiguas joyas de la corona de Irán y hay esmeraldas de incalculable valor.
Se dice que el emperador Nerón solía observar a los gladiadores a través de una esmeralda, porque pensaba que agudizaba su vista. La esmeralda no es una piedra maligna, es la maldad de la persona que la utiliza que despierta su lado más codicioso.
En el siglo XVII los Hasburgo adquirieron un frasco tallado en un solo y enorme cristal de esmeralda, alto 10 cm y con 2.680 Kt de peso (unos 536gr).
Si alguien la utiliza con amor, honradez y pureza de corazón, jamás haría daño. Con esta piedra (o en su falta una aventurina) se hará el:
Ritual de las revelaciones
Sólo con luna llena
1) Durante tres días seguidos llevar una esmeralda o una aventurina en contacto con la piel, pero hasta la medianoche, nunca después.
2) Hacer una plegaria para pedir permiso para conseguir saber lo que se desea
3) En una mesa de madera, cubrir con tela oscura, colocar tres velas en triángulo separados de unos 30cm entre sí
4) Poner una punta de esmeralda bruta natural (hexagonal)en el centro del triángulo.
5) En la parte derecha de la mesa, en alto, poner una punta de cristal de cuarzo consagrado.
6) En la parte izquierda superior una copa de cristal con agua.
7) Sentarse y relajarse (si sentimos negatividad tenemos que esperar).
8) Mentalizar la esmeralda llena de vida, tenemos que entrar en la piedra mentalmente.
9) Cuando estamos en comunión con la piedra cerrar los ojos y visualizar la mesa con las velas y las piedras, concentrándonos en el centro, en la esmeralda, y proyectamos la pregunta.
10) Todas las imágenes, ideas o pensamientos que aparecerán serán la contestación.
11) no insistir preguntando más detalles (recordamos que pueden aparecer símbolos).
12) Agradecer a los Señores de los cristales para la revelación obtenida, saludar y guardar el material para otro ritual en un lugar limpio y envuelto en una tela blanca.
La esmeralda es la piedra de los ojos, si hay enfermedades oculares, poner una esmeralda en bruto en una taza con agua hervida, dejarla enfriar un par de horas y con una gasa limpiar continuamente los ojos.
Desintoxica el hígado, en este caso posar una esmeralda sobre el hígado por 20 minutos, y visualizar el órgano repitiendo mentalmente el mantra REI y enviándolo al hígado.
Si hay epilepsia se puede poner un collar de esmeraldas en brutos y ágata de Botswana.
No hay que llevar una esmeralda puesta para mucho tiempo porque puede sacar la parte negativa que tenemos dentro.
La firma norteamericana Harry Winston –propiedad del Grupo Swatch– ha pagado en subasta 5,5 millones de dólares por una esmeralda de 18,04 quilates que perteneció al afamado empresario John D. Rockefeller. Con 305.000 dólares por quilate, la piedra se ha convertido en la esmeralda más cara vendida jamás en subasta.
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