“El topacio crece hacia las tres de la tarde, al calor del sol, cuando falta ya poco para las tres y entonces el sol es purísimo y caliente por el calor del día y el aire diverso. Contiene poca agua y poco aire, es claro y su claridad se parece al agua y su color se parece más al oro que al hielo. Resiste a la suciedad y al veneno y no los soportas, igual que no puede soportar en sí ni el mal ni ninguna maldad. Pues si hay veneno en el pan, carne, pescado o cualquier alimento, o en agua, vino u otra bebida, y está un topacio cerca, enseguida suda, igual que el mar espuma cuando hay fetidez en él. Por consiguiente, cuando alguien coma o beba, tenga un topacio en su dedo junto a los alimentos y las bebidas y mírelo con frecuencia, pues si hay veneno en el alimento o en la bebida sudará inmediatamente. A quien se le nubla la vista debe tener un topacio en vino puro durante tres días y tres noches y entonces por la noche, cuando vaya a dormir, haga rayas en sus ojos con el topacio así mojado, de modo que el líquido también toque un poco el interior del ojo, y cuando quite la piedra del vino conservar el vino cinco días. Hay que hacer esto a menudo, renovando el vino con topacio( la misma piedra) cada 5 días y clarificará los ojos como el mejor colirio posible…
A quien le duela el bazo ponga el topacio en un buen morach (imagino será un vino local) y después sáquelo y hierva el vino que humee. Sostenga el topacio encima del humo para que sude y su sudor se mezcle con el vino y luego ponga la piedra un rato en el vino caliente. Sáquela y con este vino prepare una sopa o un caldo sin grasa. Hágalo a menudo y su bazo sanará……Pon un topacio sobre tu corazón todos los días por la mañana y recita:
«Oh Dios, a quien todo engrandece y que está engrandecido sobre todas las cosas, en honor tuyo no me deseche, sino presérvame, fortaléceme y manténme en tu bendición.”
Es evidente que la Santa habla del topacio imperial color dorado, que está siempre presente en casi todos mis talismanes. La palabra “topacio” significa “fuego” en sánscrito.
Se le puede encontrar de varios colores: verdes, transparentes, azules, rosa, amarillos y el maravilloso imperial.Es la novena gema que estará en los adornos de la Jerusalén celestial. En el libro de Job, se dice que vale tanto como el oro.(Job,28,19.)Hay que tener mucho cuidado a las falsificaciones.
El topacio imperial se puede confundir con el cuarzo citrino, o el circón amarillo. En el comercio llaman engañosamente “topacio de Madeira” a la amatistas recalentadas que han tomado un color amarillo. El topacio imperial es una piedra más bien barata y no merece la pena comprar falsificaciones.
Es una piedra maravillosa para las fiebres, para problemas oculares, y mucho más. Para los problemas oculares hay que preparar el “vino topacio” que consiste en poner un topacio en vino puro tres días y tres noches. Antes de ir a dormir hay que untarse los ojos con el topacio así mojado, de modo que el líquido toque un poco el interior del ojo… Este vino se ha mostrado eficaz en pacientes con glaucoma y catarata y se ha convertido en la terapia hildegardiana normal también para los pacientes crónicos cuya curación parecía imposible.
Toda la información aquí citada ha sido sustraída a partir del libro de Santa Hildegarda de Binguen, titulado “El libro de las piedras que curan”
Personalmente pienso que antes que nada, en caso de enfermedades, hay que ir a un médico especialista y utilizar estos consejos como terapias naturales de apoyo.
En el próximo artículo, os hablaré de mis conocimientos sobre los topacios y mi propias experiencias.
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