Leemos las palabras de la Santa: “ El berilo es caliente y crece de la espuma del agua cada día, de nueve de la mañana a mediodía, cuando el sol incendia con fuerza. Su energía es más del aire y del agua que del fuego pero tiene también algo ígneo. Si alguien ha tomado veneno, raspe en seguida un poco de berilo en agua de una fuente viva y bébela inmediatamente, en ayunas, durante 5 días y expulsará el veneno con vómito o le saldrá por el trasero (cito textualmente la Santa). Quien tiene un berilo, sosténgalo en la mano y mírelo a menudo, no litigará con otros hombres y permanecerá tranquilo.”
Sabemos que hace ya 2.000 años el escritor romano Plinio hablaba del berilo y, según san Jerónimo, esta piedra estaba en el pectoral del sumo sacerdote judío. No sabemos exactamente a cual tipo de berilo se refiere la Santa, pero sabemos que en aquellos tiempos en Alemania, se encontraba el verde azulado.
Ya Plinio sabía que el berilo no es una piedra como tal, sino una familia de la misma.
El más conocido es el verde intenso, es decir, la esmeralda.
Pero las hay de varios colores:El rosa es la morganita
El verdemar es la aguamarina, el amarillo es el heliodoro.
El rojo es la esmeralda escarlata.
El rojo intensos es la bixbita
El transparente es la goshenita (o berilo a seca)Puede variar entre la total transparencia (goshenita) a la casi total opacidad.
Puede tener asterismo, es decir, que los brillos de la luz en su interior forman una estrella. Los berilos se encuentran en forma de prismas hexagonales agrupados en haces de bastones o en drusa en el exterior de las rocas.
Hoy hay muchas imitaciones de berilo, pero el verdadero es inconfundible por su dureza. Se puede falsificar una aguamarina calentando un topacio pero se reconoce por su color, que en caso del aguamarina es delicado mientras que el azul del topacio recalentado es más enérgico. Hay también imitaciones con turmalinas o circones y se utilizan las espinelas artificiales para hacerlas pasar por berilos.
Es curioso que Santa Hildegarda sugiera de rallar un berilo, siendo este más duro que el acero. En caso de envenenamiento recomiendo llamar el 112 y no ir a buscar un berilo para rallarlo o pulverizarlo. Es mejor beber agua de berilo, un agua donde se ha puesto un berilo durante unos días, en caso de drogodependencia, alergias o intoxicaciones.
Por lo que concierne la calma y la tranquilidad, el Dr. Strehlow (2006) cita un caso de un paciente, perfeccionista que hacía la vida imposible a todo el mundo: “Desde que lleva un anillo de aguamarina tiene una paciencia angelical, está sosegado y no se irrita por pequeñeces como antes” .
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