¿Quién soy?
“Quién soy” son dos palabras que esconden un desafiante rompecabezas, compuesto por mi vida, mis deseos y mi camino, que intentaremos resolver.
Nací en Roma el 21 de julio de 1956, cáncer con ascendente virgo para aquellos interesados en la astrología, hija de padres sicilianos, por lo que me he considerado siempre siciliana y romana, perteneciente a las dos tierras. Desde 1983 vivo en España, en la maravillosa tierra de Andalucía.
La noche del 8 de octubre de 1967, un domingo a las 00:50 para ser más precisos, algo cambió en mi vida. A partir de ese momento empecé a interesarme de forma “espontánea” en la mediumnidad. Con tan solo 11 años no conocía ni la existencia de esta palabra ni su profundo y complejo significado, pero eso no evitó que empezara a tener “intuiciones”, “premoniciones” y “visiones” de forma, y esto es importante recalcarlo, espontánea. Esto es lo que hoy en día se define como “Channelling”.
Con 16 años conocí al profesor Corrado S., que impartía historia y filosofía en el instituto al cual yo atendía. Hablaba sin tapujos con él acerca de las “extrañas” experiencias que estaba viviendo, y me aconsejó que hablara con expertos en parapsicología. Después de varias reuniones, me comunicaron que tenía una fuerte capacidad a la hora de recibir mensajes de otra dimensión, o para ser más claros, el más allá. Me aconsejaron además que estudiara, investigara, practicara y controlara esta capacidad.
A partir de ese momento me dediqué a estos estudios, leyendo cientos de textos de dispar temática, como el tarot, la quiromancia, la astrología, el budismo, los mensajes del más de allá, la radiestesia, etc. Asimismo, leía con avidez las obras de Demófilo Filani, Alan Kardec, Giorgio de Simoni, Cerchio Firenze 77, Paola Giovetti, Giuditta Dembech, Taisha Abelar, Paramahansa Yogananda, y muchos otros autores.
Asimismo, he asistido a muchos cursos y seminarios igual de dispares, obteniendo el 6º nivel de Energía Universal en Tailandia, siguiendo las enseñanzas del anciano chamán maestro de Francisco Bostrom, cursos de Flores de Bach, numerología, radiestesia, psicobernética esenios y muchos otros.
Después de tantos años dedicada a estudiar este tipo de materias, empecé a estudiar hace una decena de años la ciencia o magia talismánica. Pronto descubrí que, a día de hoy, muchísimas personas no reconocen la enorme diferencia existente entre un talismán y un amuleto, motivo por el cual estoy tratando de hacer renacer esta ciencia que ha sido olvidada durante siglos.
Para ello he estudiado, de forma autodidacta, todo lo relativo a la Cábala, la geometría sagrada y el hebreo bíblico. Tengo la suerte de haber estudiado profundamente el latín y hablo inglés, castellano y francés, pudiendo así leer las obras de varios autores que escribían en las mencionadas lenguas. También he estudiado acerca del simbolismo de las religiones, los antiguos textos cabalísticos y la litoterapia, estudio y aplicación de piedras preciosas o semipreciosas. También he leído varios “Grimori”, puesto que hay que conocer al mal para poder reconocerlo y combatirlo.
En este último caso hubo un elemento de gran importancia que me hizo interesar de sobremanera en el estudio de los ángeles y los demonios. Navegando por Internet me crucé de forma accidental con una página web que vendía talismanes cabalísticos. En dicha página me di cuenta de que, en realidad, se vendían amuletos, cuya definición asociada rezaba lo siguiente: “Talismán para ganar fuerza y vencer a los enemigos”. Los amuletos contaban además con una inscripción en hebreo cuya traducción era el nombre de un demonio que se emplea para destruir cualquier lugar de culto donde se menciona o venera a Dios. También es un demonio utilizado para destruir familias y manipular a los niños para sembrar discordia.
Reitero por tanto que es vital reconocer todo aquello que trata de luchar contra el amor universal, la paz, la armonía y el bienestar para poder vencer.
En mis talismanes reúno todo el conocimiento adquirido desde aquel 8 de octubre de 1967, dando forma a mis conocimientos, mis experiencias y mis recuerdos de la infancia, cuando permanecía encandilada durante años observando las joyas brillantes de la joyería de mis padres en Roma, admirando su perfecto diseño, su belleza, y el áurea armoniosa que irradiaban.
Dedicado a Teresa, mi abuela y maestra de vida.